viernes, 22 de junio de 2012

Yo, sueño mojado


 
Me quedé dormida pensando que ayer ya no estabas y extraño el roce de tu cuerpo sobre el mío. De repente te escuché nuevamente. “Juega” me dijiste. Me reí, no podías calentar de otra manera la situación, “¿Juega, así como un partido de damas en cama?”  respondí muerta de la risa. 

Te pusiste serio y sentí tus labios buscar mi cuello. Comenzaste lento, besos mariposa sobre mi piel que se erizaba cuando tus labios la tocaban. Llegaste donde mi cuello se encuentra con mi espalda, mordiste, agarrando la piel entre tus dientes acariciándola con tu lengua. Mi risa desapareció apresurada y sentí el golpe de deseo en mi clítoris que comenzaba a latir. “Juega” dijiste nuevamente sin soltar mi piel de tu boca.

Metí mi mano entre mis calzones y mi entrepierna. Mi clítoris, increíblemente, ya sobresalía de mis labios, duro y latiente. Tienes ese poder sobre mí, desde siempre, escuchar tu voz me hace vibrar en celo.

Tomé mi clítoris entre mi índice y pulgar lo apreté suavemente, creí explotar en ese momento, pero me aguanté. Lamiste mi espalda, bajando por el centro, despertando cada vértebra en camino hasta mi pelvis. La sensación de tu lengua mojada en mi espalda se reflejaba en mi entrepierna, sentía como se abrían mis labios para dejar al descubierto mi rosado clítoris, esperando. Apreté mis dedos contra mi clítoris, hundiéndolo suavemente dentro de la piel que lo rodea. Sentí como mis jugos comenzaban a bajar, mojando toda mi vagina. Mis dedos resbalaban pero no quería soltar la presión que le daban a mi clítoris.

Tus labios, tu lengua, aún jugueteaban en la curvatura de mi espalda y así mismo mis dedos se apresuraban a jugar entre mi labia. Con mi mano derecha busqué mi pezón y de la misma manera que apretaba mi clítoris entre mis dedos, lo aprisioné y apreté hasta infligirme ese dolor gustoso que también siento cuando son tus dientes los que juegan.

Tu saliva se deslizaba sobre mi espalda haciendo un camino que lubricaba hasta mis nalgas. Mis dedos hacían sus maravillas sobre mi clítoris, yo gemía, tanto por mis caricias, como por  tu boca ahora concentrada en mis nalgas.

Abriste mis nalgas y sentí tu saliva caliente bajar por mi cola, y con tu dedo suavemente la regaste humedeciendo toda el área. Metiste un dedo y sentí como gemiste, te calentaba ver como se abría. Yo la apretaba peleando con tu dedo que la quería abrir cada vez más.  Mis dedos entonces encontraron el camino dentro a mi vagina y apreté con fuerza hasta sentirlos pillados dentro de ésta.

Mi orgasmo no tardó después de ésto y aprovechaste de virarme y meter toda tu cara en mi entrepierna. No habían dejado de contraerse mis músculos y tu lengua recibía todos mis jugos. Tus manos volvieron a buscar la entrada de mi cola, mientras chupabas mi clítoris, lamías y mordías mis labios. Me retorcía entre orgasmos, casi perdí el conocimiento.

“Juega” te dije excitada. Me entendiste bien. Desnudaste tu pene que apenas cubría tu calzoncillo. Halaste mi cabeza por mi cabello hacia atrás y metiste tu pene en mi boca. Lo apreté y succione. Tus testículos se contrayeron y sentí tu pene crecer más en mi boca. Lo sacaste de una aunque yo lo ansiaba más. No era lo que tú querías.

“Quiero tu cola”  dijiste entre respiraciones aceleradas. Me puse en cuatro, mojé mi mano con saliva y lubriqué toda mi cola dándote el visto bueno a lo que me pedías. Miré hacia atrás y vi como el condón se estiraba completamente en tu pene completamente erecto.

Paré mi cola lo más que pude, con tu mano guiaste la punta de tu pene. Mojabas con tu saliva mientras me ibas penetrando poco a poco. Entraste completo y sentía como latía la cabeza mientras tú te movías despacito. Gemías y eso me excitaba más. Sentía mi vagina completa latir y al llegar mi orgasmo. Cuando se apretó mi cola, en un orgasmo, gritaste y supe que también habías tenido tu orgasmo.

Mi entrepierna estaba completamente mojada, goteando hasta mis muslos y mojando mi cola. Mi mano apretaba aún mi clítoris que latía después de tantos orgasmos. Abrí mis ojos y reí a carcajadas, porque #lasperversas también tenemos sueños mojados.

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viernes, 15 de junio de 2012

MANOS ATADAS, LUJURIA DESATADA





No teníamos casi nada en común...años, gustos, vocaciones, ciudades, todo era distinto, pero en la cama... uffff en la cama todo cuadraba, era tan bueno lo que lográbamos, que se mudó a mi ciudad, nos pusimos a pololear y comenzó nuestra historia...


Yo tenía experiencia, pero con él aprendí que no se trata de experiencia, se trata de liberarse, de conocerse y disfrutar...

A mí me sorprendía su apetito sexual, debo confesar que a ratos me ponía insegura, él sabía lo que le gustaba demasiado bien. Se sentía libre de gozar y disfrutar y yo me asustaba, ¿y si no lograba estar a su altura? Un día lo hablamos y me dijo: “No te asustes, te voy a confesar que pienso todo el día en sexo, pero pienso en sexo contigo, porque me gustas, porque te disfruto, porque siento que tenemos tanto aún por descubrir, y tú deberías sentirte contenta y liberarte de una vez por todas y liberarte conmigo”

Señores... ustedes no se imaginan cuánta seguridad le pueden dar a una mujer con esas simples palabras, muchas veces el no hablar de lo que sentimos, nos limita, basta con abrir el espacio y la vida les puede cambiar.

Desde ese día comenzamos nuestro juego, yo me sentía deseada y ¡todo el día deseada!.
Sólo saber que calentaba a mi hombre, me calentaba a mí, probamos lugares, disfraces, nos confesamos fantasías, al principio nos costaba, no es fácil sacar las imágenes de la cabeza y lograr ponerlas en palabras con otro, pero cuando sabes que enfrente tienes a alguien dispuesto a escucharte, no juzgarte y, lo mejor de todo, a cumplirlas, ¡¡¡te animas!!!
Y le confesé una de mis tantas fantasías, lo quería dispuesto y entregado a mí... y así lo fuimos haciendo realidad...

Los pañuelos de seda que lo amarraban, cubrían suavemente sus muñecas, pero dejaban sus manos con poca libertad de movimiento, sus ojos estaban vendados y yo me sentía la Diosa del Placer, quería excitarlo tanto, hasta que me suplicara hacerlo acabar... Lo dejé así un rato, sin saber qué es lo que iba a pasar, dentro de mis implementos tenía hielo, yogurt, té tibio, chocolate líquido y vaselina... Comencé a pasar mi lengua por su espalda, me movía cuidadosamente, para que él no intuyera donde se posaría mi lengua, con cada nueva lamida yo notaba sus escalofríos, mezcla de sorpresa, susto y placer.

Tomé el yogurt y sin que él supiera lo dejé caer de a poco en su espalda, estaba helado, yo notaba como se encrispaba, pero rápidamente ponía mi lengua tibia y comenzaba a lamerlo, luego puse chocolate en mis pechos y lo hice chuparlos, él estaba excitadisimo, quería tocarme, pero las manos amarradas se lo impedían, parece que sus manos y todo su cuerpo se apoderaban de su boca, con ella intentaba hacer todo lo que el resto de su cuerpo no podía, su pene estaba más duro que nunca, y yo caliente como pocas veces, hay pocas cosas que me excitan más que ver que caliento a mi hombre.

Me alejé de él y nuevamente lo dejé en la incertidumbre, sin saber lo que iba a pasar, esperando, ansioso, alerta y con una erección que parecía que su glande iba a estallar.
Puse hielo en mi boca, la helé bien y comencé a hacerle sexo oral, luego alternaba con el té y así jugué con la temperatura, a ratitos muy helado y a ratitos tibio, en cualquier momento se venía, yo sentía como se iba poniendo más y más duro, adivinaba su posible orgasmo y paraba... Lo mantuve así un rato, su respiración se alteraba, gemía, se retorcía, que delicia ver a ese hombre así de entregado, finalmente le puse vaselina en el pene y comencé a masturbarlo, se sentía suave, su pene durísimo, su glande rojo, exquisito. Me puse vaselina en los pechos, le saqué la venda de los ojos, desamarré sus manos y comencé a masturbarlo con mis pechos mientras lo miraba fijamente a los ojos, el orgasmo vino muy pronto, fue como una explosión de todo el placer acumulado. Él estaba feliz, me atrevería a decir que hasta ese momento, ese fue el mejor orgasmo de su vida y yo, yo me sentía realizada, deseada, una Diosa del Placer.


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