viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Quién se tira a quién?




Muchas veces los hombres hacen alarde de sus capacidades amatorias, cada vez que se habla de un posible encuentro sexual salen con frases tan chistosamente ridículas como “Si no te mato, te dejo tonta” o  “consíguete una silla de ruedas”.


El punto es que siempre consideran que son ellos quienes se llevan toda la pega y como si nosotras fuéramos simples espectadoras esperando ser llevadas a los cielos “a ver las estrellas”.


Este caso no fue distinto, planeamos un encuentro sexual y evidentemente mi galán, siguiendo la linea común de los galanes, casi me manda a elongar un mes antes para evitar contracturas por las miles de posiciones sexuales que íbamos a realizar en esa noche de sexo. No les voy a mentir, le tenía fe al chiquillo y eso, lejos de dejarme pasiva, me desafió...


¡¡¡Veremos quién se tira a quién... si el galán a la Perversa o la Perversa al galán!!!


Llegamos al motel y comenzamos a besarnos. Poco a poco fui desvistiéndolo, le sacaba una prenda a él y me sacaba una prenda mientras nos comíamos a besos.
A él lo dejé completamente desnudo, yo me quedé con mi lencería de encaje sexy que hacía ver mis pechos excitados y listos para él.


Comencé a besar y a mordisquear su cuello y sus orejas. Bajé con mi lengua por su pecho, me detuve en sus tetillas y las chupé un rato. Seguí bajando por su abdomen con mi lengua, jugué mucho rato al rededor de su pene, sin tocarlo, seguí chupando sus muslos, sus piernas, bajé hasta sus pies y volví a subir. Su excitación era evidente, sin embargo, mi juego aún continuaba.


Me fuí a su espalda, la lamí, la mordí, la besé, puse mis pechos en ella y lo masajeé, mordí suavemente su nuca, lamí su cuello, volví a su pecho y bajé hasta su pene.


A esa altura estaba completamente erecto y duro. Comencé a lamerlo, a chuparlo, mi lengua jugaba y mi boca lo devoraba, al mismo tiempo lo masturbaba, lo pasaba por mis pechos, lo lamía, él disfrutaba, gemía. Se retorcía, quería tocarme pero yo no lo dejaba, cuando noté que ya no daba más y que estaba a punto de acabar, dejé de saborear su pene y lo puse a jugar con mis pezones, estábamos tremendamente excitados. Se comía mis pechos, bajaba a mi vagina, su lengua se convirtió en la mejor amiga de mi clítoris, ¡¡¡¡qué manera de entenderse!!!!

Cuando la calentura se tornó insostenible, me subí sobre él y comencé a “poseerlo” (sí, las mujeres también los hacemos nuestros). Comencé a moverme despacito primero, después fui alternando con embestidas más fuertes, me movía en círculos, de arriba para abajo, lento, fuerte, le puse mis pechos en su boca para que los succionara. Los gemidos eran el fiel reflejo de todo el placer que estábamos sintiendo, cuando ya no dábamos más, comencé a moverme cada vez más fuerte y sin parar, hasta que acabamos, fue un orgasmo largo, rico, de esos que te dejan con un cosquilleo por todo el cuerpo cuando terminas.


Nos recostamos uno al lado del otro, hablamos, reímos y mientras estábamos en eso y recuperando fuerzas para la segunda parte yo pensaba, finalmente, ¿quién se tiró a quién?


9 comentarios:

  1. jajajajjajaa las típicas frases, es como que las transmitieran de generación en generación y terminan subestimando las capacidades de nosotras las feminas, lo cual derepente no es malo, podemos sorprender gratamente.. lo malo es cuando tanto alardeo queda en eso.. riiiico tomar el control, hacerlo propio y quedarnos con la sensación de haberlo hecho increible!

    ResponderEliminar
  2. muy buen relato, de una prosa rica y contundente, el verdadero interludio del buen hacer el amor

    ResponderEliminar
  3. Definitivamente muchas veces se dice que ellos nos tiran a nosotras, y creo que muchas mujeres se dejan tirar, pero esas sn por lo gral. esa mina sumisa, fome que al final termina aburriendo a los hombres...Creo que el juego esta en moverse, gemir, y tomar el papel de maraca a full en la cama...y eso cambia por completo hasta nuestro "disfrutar" es claramente mucho mas entrete si te la juegas un poco y haces que el quede pidiendo siempre mas, no creen?

    ResponderEliminar
  4. en el amor no hay recetas pero este relato bien puede ser una. Dejar los estereotipos y dejarse llevar por el goze del sexo... en total libertad.
    a los hombres nos dicen desde chicos que tenemos razón y hacer nuestra voluntad... es gratificante perder nuestra voluntad en pos del placer... y en grata compañia.

    ResponderEliminar
  5. desperdicio no ser tirado tb.. un esclavo

    ResponderEliminar
  6. ahora a pelear por el control remoto, el bastión del poder en la cama, y también herramienta multiuso si el washiturro se pone flojo.

    ResponderEliminar
  7. me subí sobre él y comencé a “poseerlo” (sí, las mujeres también los hacemos nuestros.... Con esa frase moriii xddd.- Son Perversas contodas sus letras xddd.-

    ResponderEliminar
  8. creo que esas bromas se dan an ambos lados, e escuchado esas mismas frases en mujeres en grupos tirando la talla, y en nosotros también, creoq ue hay muchos que se las dan de sementales y quieren ensalsar su performance antes de, aveces resulta como en este relato como otras no...

    ResponderEliminar
  9. Que buena me encantó !!! Y q buena saber q tengo mi perversa personal que posee cada vez q quiere, se pasaron!!!!

    ResponderEliminar