Vamos de a poquito... que así es más rico.
Todas sabemos que la mayoría de los hombres son calientes (ok, todos los hombres lo son, pero no quiero generalizar, ya que no falta el extremadamente sensible que se sentirá menoscabado con mis palabras) y que sus grandes objetivos en la vida se resumen en:
- Tirar;
- Ganar muchas lucas;
- Tirar;
- Hacer un trio y
- Tirar...
¿Pero qué es lo que los lleva a no cumplirlo?
Conocí a Arturo haciendo un curso de especialización, nos hicimos buenos amigos, de pronto demasiado buenos amigos, él era casado pero se estaba separando (no era la típica chiva del separado que necesita consuelo y nunca fue que se separaba, en este caso era verdad, su esposa era amiga de mi prima).
Nos llamábamos todo el día, nos contábamos nuestras cosas y en las noche de lunes a jueves nos veíamos en el curso. La química surgió rápido, en una salida en grupo nos coqueteamos toda la noche, me fue a dejar a mi casa y nos besamos, el fuego prendió inmediatamente, sus manos de pulpo me recorrieron entera y yo toda perversa y coqueta le dije “vamos de a poquito, que así es más rico”...
Comenzó nuestro juego casi como de niños, seguíamos llamándonos todo el día, todos los días, casi como pololos de 16 años, en las noches nos veíamos en el curso y disimulábamos nuestra complicidad. A la salida él se iba con sus amigos y yo con mis amigas, pero en cuanto nos subíamos a nuestros respectivos autos, nos llamábamos y nos acompañábamos al teléfono durante el camino a casa.
A esa altura, las llamadas más parecían de dos personas que tienen una relación de pareja, el cariño crecía, la compañía, la complicidad, comenzamos a juntarnos antes de clases y después de ellas. Al principio nos besábamos e íbamos “de a poquito”, hasta que la oscuridad de la noche, lo solitarias de las calles y lo cerrado de su auto comenzaron a jugar a nuestro favor, los besos eran muy apasionados, yo me desprendía de la parte de arriba de mi ropa, a él le encantaba jugar con mis pechos y mis pezones duros, yo me subía sobre él y me dejaba acariciar, besar y chupar sin importarme nada, después abría su pantalón y me deleitaba saborenado su pene, aprendiendo como tocarlo, descubriendo la forma en que mis dedos, mi lengua y mis pechos lograban excitarlo más. Luego, sus dedos firmes y delicados jugaban con mi entrepierna, hacían que me mojara como nunca antes lo había hecho, me calentaba escucharlo decir “me encanta sentir tu calor, estar dentro tuyo, mojarme de ti”.
Así pasamos varias noches, hasta que yo sentí que era el momento de darle rienda suelta a tanto calor acumulado y le dije que quería ir a un motel, que su pene me penetrara de una vez por todas y disfrutar juntos de tanto placer acumulado que teníamos... su respuesta???
.- No se si ir contigo a un motel, allá voy cuando quiero tirar por tirar, contigo es distinto... es tan frío ponerse de acuerdo pa’ ir a un motel. Yo quiero algo diferente.
Rápidamente le dije que nosotros le pondríamos calor, pero se molestó... me dijo que yo no entendía nada!!!, le ofrecí pasarlo a buscar una mañana y raptarlo, le ofrecí esperarlo a la salida de la oficina, sólo con lencería bonita, mucho encaje y cubierta únicamente con un abrigo, le ofrecí... que no le ofrecí!!!, de tanto insistirle y no comprender su necesidad de hacer de esto “algo especial”, salió mi alma perversa y le dije:
.-Si Walt Disney te cagó la cabeza, haciéndote creer que las princesas van a los castillos y las hermanastras a los moteles, yo como mucho podría pasarte a buscar en carroza, pero siempre iré vestida de hermanastra y es al motel donde te voy a llevar.-
... Finalmente eso lo ofendió más.
Nunca tiramos y hasta el día de hoy tengo la duda de por qué un hombre renuncia a uno de los grandes objetivos que tiene en la vida, he preguntado a algunas amigas perversas y la respuesta siempre es la misma... Es eyaculador precoz o no se le para... será tan así? SÍ, SEGURO QUE ES ASÍ!!!
Jajajaja pobre tipo, él perdió, afortunadamente para mi, aun no me he topado con uno de su tipo jejej
ResponderEliminarCreo que le falto un poco mas de animación Europea o Japonesa, personalmente me parecían mas interesante la Bruja o las Hermanastras, buen relato como siempre! Saludos
ResponderEliminarMuchas cosas pueden haber pasado por la mente del sujeto, quizás los nervios, o en una de esas se descoloco ante tal grado de ofrecimiento para el deleite. Quizás nunca vivio una situación igual y quedo PLOP, sin saber que decir, sin saber como actuar, o simplemente.... no lo se.
ResponderEliminarUna cosa si esta clara... se lo perdio, y dudo que vuelva a tener la oportunidad de disfrutar de ese momento que le iban a regalar.
Saludos y OLI a ustedes Perversas :P
Mmmmm. Creo que quería seguir así, que no se planificara nada, que continuaran con los juegos, con las caricias, con los casi-casi, conociéndose en el jugueteo, recorriéndose sobre, bajo y entre las ropas y las pieles, y así, así, hasta que, de pronto, sin querer queriendo, tirarán... Tirarán ahí mismo, con rabia, con furia, con cariño, incluso a vista de los ojos curiosos que pudieran verlos... Varias veces, ahí mismo, en las plazas, en las escaleras, en los pasillos y las alfombras. Y seguir haciéndose el amor en las miradas, en los roces, en el respirar agitado, en los toqueteos incedentes y descarados, los gemidos incendiarios...
ResponderEliminarMejor no sigo...
Mmmmmmmm....se me ocurren varias posibilidades ejejeje:
ResponderEliminar1) Quizás quería "amor" de verdad, pero probablemente algunas trancas de él lo confundieron ejejeje y vió esto como algo "sucio" ejejeje.
2) Quizás no lo gustaste para ir a la cama y si el "juego".
3) Tal como dices al final, no se le para y es eyaculador precoz ejejejejeje.
PAUL BRUCE.
me caen mal los hombres que después de tanto añuñuco le dan tanto colors!
ResponderEliminarperdón pero tal vez y sencillamente al weón no le gustaban los moteles no más... qué tanto color con las trancas del loco...!! tal vez con tanta insistencia se apestó el compadre y fue no más...
ResponderEliminarlo invitaste a tu casa u otro lugar que no fuera un motel...?? se te ocurrió ALGO más que el motel...?? (no le preguntemos a él para no dejarlo más de weón), pero por ejemplo a mi los moteles no me calientan lo más mínimo y no por eso soy trancado o cagado de la cabeza, simplemente no me gustan las sábanas usadas, ni los jacuzzis con olor a cloro... además si se lo chupaste y no se fue al toque, eyaculador precoz no era... :-)
Estoy de acuerdo con BONGMAN.....soy una mujer de 36 años y NO ME GUSTAN LOS MOTELES....y eso no quiere decir q NO soy PERVERSA.....creo q es cosa de gustos no mas. El tipo se lo perdió y pobre...como habrian sufrido sus PITUFOS (lo digo por lo azul).
ResponderEliminarjajaja.. le encuentro toda la razón al tipo. El problema es que eres una ilusa con la autoestima demasiado alta. El tipo ni es impotente, ni eyaculador precoz, ni odia los moteles (por lo que deduzco de tu relato), simplemente no le gustabas demasiado (acaso te volvió a llamar?). Hay minas que sólo sirven para que te la chupen.... jajaja ... sobre todo esas con el ph muy fuerte... no digo que sea tu caso, pero es una buena razón para arrancar.
ResponderEliminarDe todas formas gracias por simplificar mis grandes objetivos de la vida. Haberlo sabido antes...
jaja, me gustó el ultimo comentario.
ResponderEliminarYo creo que simplemente al tipo le gustabas de verdad y ambos no lo supieron manejar. Si el tipo te hubiese querido solo pa cojer jamás habría esperado tanto tiempo de jugueteo previo ni tratos cariñosos. Lo desarmaste un poco al proponer un motel porque en el fondo ya se conocían hace tiempo y con eso y tanta insistencia el confirmó que sólo lo querías pa la cama y tal vez el quería un poco más. Mi humilde opinión...si en el fondo estas bestias también tienen su corazoncito. Saludos!