Luna de hiel? ...de mis manos al placer
Dejé todo preparado para esos cinco días. Nos habíamos conocido en una fiesta en Santiago, pero por esa fecha vivíamos en ciudades distintas, uno por el norte y el otro por el sur... el teléfono y el internet nos mantuvieron en contacto, el gusto y las ganas inconclusas de esa noche de fiesta nos tuvieron conversando y planeando un nuevo encuentro. Pasado navidad nos regalaríamos una semana para disfrutar unas mini vacaciones, con año nuevo incluido.
Como fue él quién recorrió casi todo Chile para ir a mi encuentro, preparé un lugar especial, una cabaña con un paisaje paradisiaco, más que mini vacaciones, yo me preparaba para una mini luna de miel, el teléfono aguanta mucho y según lo que hablamos, nos faltarían horas para tirar.
Tenía varias cosas preparadas para hacer de esos días una experiencia sexual inolvidable: lencería ultra sexy, velas, aromas especiales, sedas, cartas con juegos sexuales y en mi cabeza todos los consejos de la cosmopolitan que pude acumular.
Llegó mi compañero, y el beso que nos dimos al saludarnos me demostraba que no sólo yo había juntado ganas, la cosa era mutua, yo ya podía imaginar mis miles de orgasmos, pero lo tomé con calma, no quería atarantarme, quería sólo disfrutar y teníamos varios días.
Él venía un poco resfriado y si bien mi instinto cavernícola me impulsaba a tomarlo de las mechas e irnos a tirar, me comporté y luego de dejar las cosas en la cabaña, lo invité a cenar... jueguitos varios por debajo de la mesa, agarrones cuando no nos miraban, no hacían nada más que ponerle leña a la hoguera.
Terminando la cena lo tomé y le dije que el postre sería en la cabaña, llegamos y comencé a besarlo con todas mis acumuladas ganas de meses, nos fuimos sacando poco a poco la ropa hasta quedar completamente desnudos... pero, “sorpresa”... no tenía erección!!!! ya.. ok.. calma!!! podía ser el viaje, el resfrío, cualquier cosa... no podíamos alterarnos, había que seguir intentando pero... NADA!!!
Traté de hacerme la normal y comprensiva y nos fuimos a dormir, la ternura (sí.. sólo la puta ternura) nos acompañó esa noche. Total, en la mañana sería distinto, seguro que sí, casi todos los hombres muestran gran virilidad en las mañanas, faltaban poquitas horas y mi película porno comenzaría... pero a la mañana siguiente, nuevamente NADA!!!
Ya no había calma, ya el asunto era extraño, lo hablamos, me insistía que “es primera vez que me pasa” y se volvió un círculo vicioso, entre los nervios, los intentos, los reproches (él se autoreprochaba y yo y mi ego nos enterrábamos... puta que duele pensar que no eres capaz de hacer que a un hombre se le pare!!!)
Ese día salimos a pasear, no hablamos mucho del tema, pero obvio que cada uno era en lo único que pensaba... llegó la noche y pensé que no perdería mi aventura, si él no era capaz de darme placer, me lo daría yo misma. Lo hice sentarse en una silla y le pedí que me mirara, me puse en la cama y comencé a tocarme por sobre la ropa, toqué mis pechos, jugué con mis pezones, pasé mi mano por mi entrepierna y comencé a desvestirme... él sólo me miraba, cuando quedé completamente desnuda pasé mi dedo por todo mi cuerpo, lo llevé a mi boca, le puse saliva y mojé mis pezones, mientras los apretaba suavecito... él quería acercarse pero le ordené que se mantuviera sentado... después comencé a masturbarme, me concentré sólo en mi vagina, abrí mis piernas y lo dejé mirar todo lo que mis dedos hacían en ella... frotaba mi clítoris, introducía mis dedos, me abandoné a lo delicioso del autoplacer, de pronto lo miré y estaba con su pene erecto, tocándose como un loco, me pidió que no parara, que siguiera porque quería verme acabar, abrí más mis piernas y me dediqué a tocarme para él... imaginaba que era su mano la que tocaba, frotaba e introducía, cada vez me mojaba más, se sentía delicioso, yo gemía, me retorcía y lo miraba a los ojos, él se masturbaba, su pene estaba duro, mojado... mi clítoris se iba poniendo cada vez más tenso, sentía pronto un orgasmo, me toqué con más ganas, cada vez más rápido, hasta que mi orgasmo se escapó acompañado de un fuerte grito... lo miré al terminar y vi como salía su semen, él también había acabado...
Eso fue sólo el comienzo de mis días de mini luna de miel, el resto de los días nos sacamos todas las ganas acumuladas...
Tuve dos posibilidades, dejarme llevar por el ego herido y pensar que si a un hombre no se le para el pene somos responsables nosotras o... regalarme placer, asumiendo que el sexo no necesariamente pasa por hacer la posición del misionero y que hay bastantes otras formas de disfrutarlo... elegí la segunda y lo pasé bastante mejor... claro que debo agregar a eso que los días siguientes fueron aún mejores, ya había pasado el efecto de la sobredosis de trioval y naztisol compuesto que se había tomado para que se le pasara el resfrío... moraleja??? disfrutar!!!, siempre disfrutar del sexo se nos presente como se nos presente y... no tomen trioval cuando vayan a tirar.
Como fue él quién recorrió casi todo Chile para ir a mi encuentro, preparé un lugar especial, una cabaña con un paisaje paradisiaco, más que mini vacaciones, yo me preparaba para una mini luna de miel, el teléfono aguanta mucho y según lo que hablamos, nos faltarían horas para tirar.
Tenía varias cosas preparadas para hacer de esos días una experiencia sexual inolvidable: lencería ultra sexy, velas, aromas especiales, sedas, cartas con juegos sexuales y en mi cabeza todos los consejos de la cosmopolitan que pude acumular.
Llegó mi compañero, y el beso que nos dimos al saludarnos me demostraba que no sólo yo había juntado ganas, la cosa era mutua, yo ya podía imaginar mis miles de orgasmos, pero lo tomé con calma, no quería atarantarme, quería sólo disfrutar y teníamos varios días.
Él venía un poco resfriado y si bien mi instinto cavernícola me impulsaba a tomarlo de las mechas e irnos a tirar, me comporté y luego de dejar las cosas en la cabaña, lo invité a cenar... jueguitos varios por debajo de la mesa, agarrones cuando no nos miraban, no hacían nada más que ponerle leña a la hoguera.
Terminando la cena lo tomé y le dije que el postre sería en la cabaña, llegamos y comencé a besarlo con todas mis acumuladas ganas de meses, nos fuimos sacando poco a poco la ropa hasta quedar completamente desnudos... pero, “sorpresa”... no tenía erección!!!! ya.. ok.. calma!!! podía ser el viaje, el resfrío, cualquier cosa... no podíamos alterarnos, había que seguir intentando pero... NADA!!!
Traté de hacerme la normal y comprensiva y nos fuimos a dormir, la ternura (sí.. sólo la puta ternura) nos acompañó esa noche. Total, en la mañana sería distinto, seguro que sí, casi todos los hombres muestran gran virilidad en las mañanas, faltaban poquitas horas y mi película porno comenzaría... pero a la mañana siguiente, nuevamente NADA!!!
Ya no había calma, ya el asunto era extraño, lo hablamos, me insistía que “es primera vez que me pasa” y se volvió un círculo vicioso, entre los nervios, los intentos, los reproches (él se autoreprochaba y yo y mi ego nos enterrábamos... puta que duele pensar que no eres capaz de hacer que a un hombre se le pare!!!)
Ese día salimos a pasear, no hablamos mucho del tema, pero obvio que cada uno era en lo único que pensaba... llegó la noche y pensé que no perdería mi aventura, si él no era capaz de darme placer, me lo daría yo misma. Lo hice sentarse en una silla y le pedí que me mirara, me puse en la cama y comencé a tocarme por sobre la ropa, toqué mis pechos, jugué con mis pezones, pasé mi mano por mi entrepierna y comencé a desvestirme... él sólo me miraba, cuando quedé completamente desnuda pasé mi dedo por todo mi cuerpo, lo llevé a mi boca, le puse saliva y mojé mis pezones, mientras los apretaba suavecito... él quería acercarse pero le ordené que se mantuviera sentado... después comencé a masturbarme, me concentré sólo en mi vagina, abrí mis piernas y lo dejé mirar todo lo que mis dedos hacían en ella... frotaba mi clítoris, introducía mis dedos, me abandoné a lo delicioso del autoplacer, de pronto lo miré y estaba con su pene erecto, tocándose como un loco, me pidió que no parara, que siguiera porque quería verme acabar, abrí más mis piernas y me dediqué a tocarme para él... imaginaba que era su mano la que tocaba, frotaba e introducía, cada vez me mojaba más, se sentía delicioso, yo gemía, me retorcía y lo miraba a los ojos, él se masturbaba, su pene estaba duro, mojado... mi clítoris se iba poniendo cada vez más tenso, sentía pronto un orgasmo, me toqué con más ganas, cada vez más rápido, hasta que mi orgasmo se escapó acompañado de un fuerte grito... lo miré al terminar y vi como salía su semen, él también había acabado...
Eso fue sólo el comienzo de mis días de mini luna de miel, el resto de los días nos sacamos todas las ganas acumuladas...
Tuve dos posibilidades, dejarme llevar por el ego herido y pensar que si a un hombre no se le para el pene somos responsables nosotras o... regalarme placer, asumiendo que el sexo no necesariamente pasa por hacer la posición del misionero y que hay bastantes otras formas de disfrutarlo... elegí la segunda y lo pasé bastante mejor... claro que debo agregar a eso que los días siguientes fueron aún mejores, ya había pasado el efecto de la sobredosis de trioval y naztisol compuesto que se había tomado para que se le pasara el resfrío... moraleja??? disfrutar!!!, siempre disfrutar del sexo se nos presente como se nos presente y... no tomen trioval cuando vayan a tirar.
#LasPerversas
sorprendiendo con otro relato, muy bueno y cierto, no siempre el miembro actua como uno quisiera...
ResponderEliminarMuy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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